martes, 27 de noviembre de 2012

Siempre fuimos nunca.

Y entonces sucede. Yo fuerzo la mecánica del corazón. Retocedo las agujas. Como si así consiguiese retroceder en el tiempo. Recuperándote de ti (y creo que soy hasta valiente diciendo que te recupero como si algún día te hubiese tenido) y todo el tiempo que perdimos. Lo malgastamos en palabras vacías, en mentiras baratas y en besos no dados no canjeables. Y ahora, ¿qué?. Mi cabeza está llena de ideas que no se quieren ir. La idea de 'por si'. Cómo si fueses a volver. Cómo si algún día hubieses estado. Pero, ¡Qué locura!. Y es que nunca es tiempo para echarte de menos, pero yo voy a contrareloj.



No supimos conjugar en primera persona del plural. 
Siempre tú, nunca yo y jamás nosotros.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Se me atragantan tus noches, tus días aún peor.

Son noches y son sin ti. Mucho frío y ningún abrazo. Tantas ganas para tan poco roce. Tiene los pies fríos esperando a que tú se los calientes. Susurrándote un 'dame fuerte en la entrepierna no me dejes que me duerma'. Se amontonan en el calendario mientras Soledad se acomoda en tu hueco de la cama. Siempre el mismo lado. Sus clavículas tienen ganas de ti, por no hablar de su cuello. Sabe que no eres ningún poeta. En esa cornisa no hay sitio para dos. O sí. Sólo quiere que pruebes por si. Arrebátale todas las pesadillas. Que chille para ti y no por ti. Regálale calor y gemidos. Pero no perderá sus principios para que lo vuestro no encuentre su final. A cambio empapa la almohada de promesas rotas. Nunca imaginó que un mar en las pestañas escociese tanto. ¡Cuánta sal para tan poco tequila!. Se está emborrachando a base de decepciones. De nuevo resaca de ti. 



El lado de la cama tan frío como ella.