martes, 27 de noviembre de 2012

Siempre fuimos nunca.

Y entonces sucede. Yo fuerzo la mecánica del corazón. Retocedo las agujas. Como si así consiguiese retroceder en el tiempo. Recuperándote de ti (y creo que soy hasta valiente diciendo que te recupero como si algún día te hubiese tenido) y todo el tiempo que perdimos. Lo malgastamos en palabras vacías, en mentiras baratas y en besos no dados no canjeables. Y ahora, ¿qué?. Mi cabeza está llena de ideas que no se quieren ir. La idea de 'por si'. Cómo si fueses a volver. Cómo si algún día hubieses estado. Pero, ¡Qué locura!. Y es que nunca es tiempo para echarte de menos, pero yo voy a contrareloj.



No supimos conjugar en primera persona del plural. 
Siempre tú, nunca yo y jamás nosotros.

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