jueves, 9 de mayo de 2013

El vaso medio vacío de recuerdos.

Nos he vuelto a borrar del mapa. Me he vuelto experta en simulacros de olvido. Sólo para rebobinarnos un par de segundo más. Si algo he aprendido es a disimularte. A ti y todo este gris. Sólo se me olvida fingir cuando te escribo y aquí me tienes. Enmarco todos nuestros no-recuerdos. Rompo marcos y me clavo los cristales. No sé si eres tú o este nudo en la garganta, pero a veces no te siento. Y a veces se me olvida fingir. Sólo a veces no lo necesito. Sólo a veces no te necesito. No te niego un "te quiero", pero si un "te necesito". Por pensar que eras aire, me terminé ahogando. Pero de errores más bonitos he aprendido. Sí, te he llorado casi tantas veces como te he sonreído. Y sí, te he tropezado todas las veces que no te he besado. Y por eso me voy. Porque ya no eres mi autoengaño preferido. Porque si no me voy tendré que echarte, pero esta vez no será de menos. Porque nos he intentado y nos has rendido.

Sigue creciendo a base de despedidas. 
Y cada vez el dolor empequeñece

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