lunes, 22 de julio de 2013

Hasta las próximas líneas, mi Roto.

Vuelvo a desnudarme entre líneas para ti. Esta vez vengo a decirte que aunque te vayas, no hace falta que vuelvas, porque sé que nunca te habrás ido. No me quedaré con nuestros recuerdos por Madrid, nuestros versos o nuestras canciones.

Me quedo contigo. Me quedo con tu pedacito.
Me quedo en el pedacito tan enorme que eres. 
Me quedo para que seas tú quién puedas volver
 porque yo no me he ido.

Perdón por lanzarme a abismos que no coinciden con tus ojos tan llenos de gris. Perdón por todos los recuerdos bailados a escondidas para no rompernos más. Perdón por abrir ventanales para cerrar puertas sin darme cuenta de que tú eres vendaval. 

Te sigo debiendo tanto. Por eso te pido que me trepes las letras cuando más llueva. Yo y nuestra cajan tan llena de pedacitos te esperamos aquí. Aquí arriba: en nuestra nube. Prometo no llover más de lo necesario, pero no inevitable. Prometo mantener todos los planes rotos sin ensuciar. Prometo bailar contigo cada vez que quieras bajo nuestra lluvia. 

(Pero no me pises más el corazón 
y llévate ese pedacito de él entre tus dedos, vida.) 
Por esa estúpida razón siempre habrá una parte de mí esperándote. 
Esperando a hacer Madrid nuestro para recorrer cada uno de sus rincones
complementándome con cada uno de los tuyos. 


Se más que feliz 
y no permitas que más sonrisas rompan la tuya. 

Te quiero y no me atrevo a dejar de hacerlo. 


Simpre tuya.
Siempre mío. 
Siempre nuestros.  


1 comentario:

  1. A veces decir "te espero", así como lo decís vos, es lo único que hace falta para seguir. Hay dulzura en tus líneas.

    ResponderEliminar