sábado, 13 de diciembre de 2014

Hago bang y aparezco a tu lado.

Confundo hacer apología a los domingos y al terrorismo. Ya no distingo el bien que nos hicimos del daño que nos hacemos. No hay más balanza que tus rodillas con complejo de columpio, ¿lo recuerdas? Pues olvídame. Recuérdame como la que se quedó para irse. De sí misma. Para darte lo mejor de ella, poco. No me lo devuelvas, soy incapaz de dárselo a nadie más. Manoseado por ti, como si tuviera más valor. El que me falta para decirte - y no escribirte- que me haces falta. Que me falto yo. Que me pueden los impulsos de salir corriendo, tras de mí. Y que tú lo hagas detrás de mí, loca.

Ya no quedan cerrojos, 
tus dedos los han reventado todos.

 La llave de todos los portazos. De los estoy, sólo necesito tenerme. La eterna tensión entre contigo y sinmí. Ya no sé qué parte del roto me pertenece, si el castigo o el castigarse. La primavera a flor de piel pudriéndose, y yo de envidia cuando se mezclan el morirte con vivir. 

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