lunes, 28 de enero de 2013

Mi desierto y el tuyo.

Quiero ser esa tormenta en medio de tu desierto. (Ya sabes que llueve muy poco en el desierto.) No quiero ser tu tormenta de arena, ellas son las que te revuelven y se marchan sin más previo aviso y te dejan hecho un caos. Yo quiero ser esa tormenta que te empape. Que no te deje indiferente. Que no sólo te revuelva. Que quieras más. Siempre más. Que inunde tus ojos de humedad, pero de la buena. De esa que te incita a sonreír. Quiero que odies los paraguas. Que aprendas que me escondo en los días grises para que tú me busques encontrándote. Quiero que ignores las tormentas de arena anteriores. Creo que se te metió un poco de arena en los ojitos por la última. (Quizá también un poco en tu corazón y por eso chirrian tus agujas.) Quiero que me inundes rayito a rayito. ¡Hagamos un arcoiris juntos! Tú y tus rayitos. Yo y mis gotas. Con cada uno de sus matices. Llegar hasta las ruinas que esconde tu desierto. Hacernos granito a granito. Pero ante todo...




No hay comentarios:

Publicar un comentario