viernes, 10 de junio de 2016

Que el amor es eterno mientras dura.

Me parte la risa encontrarme con cosas que provocaban la tuya y ya no. Hoy me han vuelto a preguntar por ti y les he hablado de ayer. Que tú ya no, que ahora yo sí. Sigo convencida de que hablar con la boca llena de miedos es de mala educación pero qué hago si ya no es la tuya quien llena la mía. Los que dicen que ojos no ven, corazón que no siente es porque no han visto los tuyos. Ya no tengo lista de poemas favoritos que acaben en la punta de tu lengua. Tengo un trabalenguas basado en nuestras mejores pesadillas pero el nudo es en la garganta. El sueño de vestirme con una camiseta contraria a la mía lo dejo para nunca. He estado a uno de tus puntos de lloverte más fuerte que todas las tormentas que no provocaste. Tú, que te mojaste sólo por pisarme los charcos y bailarme las ganas. Espero que al menos no haya sido todo perder. O eso quiero esperar. Nada.
Me parte la vida la imposibilidad de una tarde entre cervezas y terrazas de Lavapiés sin derecho a verso. Sin derecho. Estoy a un recuerdo de confesarte que te echo de menos pero los he quemado todos desde que ya no siento calor de entrañas para dentro.

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